Raquel Vela Díaz.
Profesora Ayudante Doctora de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social.
Universidad de Jaén.
1.Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación han revolucionado la cultura, la economía y el mercado de trabajo, surgiendo así una economía digital o del conocimiento, en la que los servicios y, especialmente, los contenidos digitales tienen una importancia muy significativa, surgiendo profesiones hasta ahora desconocidas. De hecho, la generación a la que se identifica como los “nativos digitales”, está teniendo que afrontar este desafío laboral que conlleva una profunda transformación del mercado de trabajo, en el que el empleo por cuenta ajena decae en muchos casos y se potencia el autoempleo y el emprendimiento.
Todas estas innovaciones tecnológicas y organizativas representan retos y oportunidades para las empresas y para la fuerza laboral, aunque a veces los procesos de adaptación no sean fáciles. Pero sobre todo constituyen la nueva realidad en la que se van a realizar los negocios y muchas de las iniciativas emprendedoras, se van a crear las empresas, se van a transformar los empleos y a generar los nuevos puestos de trabajo, tal y como apuntan recientes estudios e informes sobre estas nuevas realidades.
El logro de un equilibrio de género y diversidad en los equipos de gestión en todos los niveles de la jerarquía empresarial produce resultados positivos de negocio. En este sentido, el Informe de la OIT “Las mujeres en la gestión empresarial: Argumentos para un cambio” señala la relación positiva entre la participación de las mujeres en los equipos y las estructuras que toman decisiones de máximo nivel y el rendimiento de las empresas, lo que sin duda podría extrapolarse a empresas creadas y lideradas por mujeres. No obstante, una aproximación a los datos sobre liderazgo femenino y presencia de las mujeres en cargos de gestión pone de manifiesto que aún queda mucho camino por recorrer antes de conquistar una verdadera igualdad de género en este terreno.
A lo que debemos añadir que los diversos datos a nivel mundial y europeo permiten constatar que, si la presencia de mujeres en posiciones de liderazgo es escasa en términos generales, lo es aún más en sectores masculinizados como el tecnológico. Si bien, cabe destacar que en el sector privado en España, son ya diversas las grandes empresas tecnológicas que han situado a mujeres en los puestos de máxima responsabilidad, como IBM, Siemens, HP, Linkedln, Google, Facebook o Microsoft.
El “Plan de acción para la igualdad de oportunidades de mujeres y hombres en la sociedad de la información (2014-2017)” recoge como objetivo general el aumentar la participación de las mujeres en el sector de las TIC. De manera más concreta, como objetivo específico, destaca la importancia de incrementar el número de las mujeres profesionales y empresarias con capacidades TIC y su protagonismo en el sector.
2.El emprendimiento tecnológico está mayoritariamente masculinizado, detectándose muy pocas mujeres emprendedoras en Europa en el ámbito digital, pues apenas alcanzan el 17% de las creadoras de startups[1]. La falta de acceso a la financiación se presenta como uno de los principales problemas para las mujeres que quieren poner en marcha una startup.
A nivel mundial, la presencia femenina entre las personas fundadoras de las startups de todo el mundo es ínfima. Según datos de la OCDE, sólo un 15% de estas empresas tienen alguna mujer en estos equipos, y si hablamos de startups fundadas exclusivamente por mujeres, el porcentaje cae al 6%. De acuerdo con el análisis de la OCDE, la probabilidad de que una startup reciba financiación es un 10% superior en aquellas fundadas íntegramente por hombres, frente a las que incluyen al menos una mujer. La presencia femenina parece influir en la generosidad de los potenciales inversores, puesto que la financiación recibida por las startups cuyos equipos fundadores incluyen mujeres, es un tercio inferior que la que alcanzan las lideradas sólo por hombres. De igual modo, el citado análisis de la OCDE indica que los inversores que son hombres expresan menos interés en las mujeres emprendedoras en comparación con hombres emprendedores de características similares. En contraste, las inversoras expresan más interés en las emprendedoras. Cabe señalar a este respecto que la falta de acceso a la financiación tiene también un componente de carácter sociocultural, que impacta de forma más o menos inconsciente en las decisiones en torno a qué y a quién se finanza o en qué y en quién se invierte[2].
Los datos de la Asociación Española de startups ponen de manifiesto que en España el porcentaje de startups lideradas por mujeres era del 18% en 2017, acorde a la media europea. Si bien, según el Mapa del Emprendimiento de Spain Startup-South Summit, se ha producido un pequeño crecimiento del número de mujeres emprendedoras en los años posteriores, alcanzando un 22% las empresas emergentes lideradas por mujeres, siendo además las que tienen un menor índice de fracaso (22% frente al 51% de proyectos dirigidos por hombres). Pese a este leve incremento, el perfil del emprendedor español, según el citado Mapa del Emprendimiento, ha experimentado escasas variaciones en los últimos años. Suele ser un hombre (80%), con una edad media de 34 años con estudios universitarios y másteres, sobre todo de carreras técnicas. Muchos de estos emprendedores suelen acudir a los espacios de encuentro para startups, inversores y corporaciones que buscan inversión, networking y nuevos proyectos.
De igual modo, de la lista de las 50 startups elegidas que conforman la “Lista Emprendedores” con las startups más innovadoras de España, la amplia mayoría están lideradas por hombres.
3.Ante esta desigual participación de la mujer en las iniciativas emprendedoras de ámbito tecnológico, la Comisión Europea identifica como los principales desafíos para las mujeres emprendedoras los siguientes:
- Acceso a la financiación
- Acceso a información
- Capacitación y habilidades digitales (digital skills)
- Acceso a redes de contactos profesionales
- Conciliación de la vida profesional y personal
Por su parte, el Plan España Digital 2025 señala que resulta necesario abordar la cuestión de la igualdad de género en la creación de startups, ante las escasas cifras de empresas emergentes españolas que han sido fundadas por mujeres.
En otra línea de actuación, una de las recomendaciones que se están realizando para tratar de eliminar los estereotipos sobre el sector tecnológico y fomentar las vocaciones, especialmente entre las mujeres, es la de identificar y visibilizar modelos y referentes femeninos en dicho sector, que inspiren a las niñas, jóvenes y mujeres en general para orientar su carrera profesional hacia el ámbito digital. Así por ejemplo y bajo esta premisa, cabe mencionar el Informe sobre “Las mujeres en la economía digital española: trayectorias inspiradoras”, que muestra ejemplos de trayectorias profesionales en el ecosistema digital a partir de la experiencia de mujeres que actualmente desarrollan su carrera en él. Promocionar la carrera de mujeres profesionales y emprendedoras en el ámbito digital que sean referentes en su sector, visibilizar su trabajo y su logros profesionales y personales en todos los ámbitos de la sociedad, especialmente en los medios de comunicación, debates públicos o foros científicos de discusión, puede contribuir a proyectar una imagen de normalidad de género y posibilidad de ascenso y progresión femenina en este tipo de profesiones, ayudando así a eliminar los estereotipos de género en el ámbito técnico y tecnológico y las oportunidades de emprendimiento en el mismo.
De igual modo, estos referentes femeninos también se deben promocionar de manera especial en el ámbito educativo, incluyendo sus logros en los contenidos de los planes de estudio así como en los materiales didácticos de carácter científico y divulgativo[3]. Estas medidas requieren actuar desde edades tempranas y a lo largo de la trayectoria vital-laboral, con el fin de promover la incorporación de mujeres al sector TIC, tanto desde la óptica del empleo asalariado como desde la óptica del autoempleo y emprendimiento.
4.La creación de riqueza, la distribución de oportunidades y el desarrollo de la innovación se encuentran íntimamente relacionadas con la capacidad emprendedora. Sin embargo, las habilidades relacionadas con el liderazgo y el emprendimiento están estereotipadamente vinculadas con lo masculino. Se asocian con ellas las actitudes de valentía, riesgo, audacia o visión estratégica, atribuidas culturalmente a los hombres, del mismo modo, por asimilación, que en el mundo de los negocios. Además, el entorno tecnológico suma la consideración, también estereotipada, de que los hombres tienen más aptitudes y habilidades técnicas que las mujeres. Este contexto dificulta el desarrollo profesional emprendedor de muchas mujeres. En el trasfondo de este contexto hay que situar la segregación de espacios vinculada con el proceso de socialización diferenciada y roles de género que se traduce en que el ámbito público, el del poder –el de la representación– ha sido tradicional e históricamente masculino; y en que las mujeres han estado relegadas al privado –al hogar, a los cuidados-.
La digitalización de la economía es una fuente de oportunidades, en términos de crecimiento, empleo y emprendimiento. Pero los desafíos que presenta este proceso de transformación digital de la economía y del empleo, que afecta a todos los ámbitos de la sociedad, y, especialmente, al mercado de trabajo, no se pueden abordar sin perspectiva de género. Precisamente por ello, la transformación digital tiene que estar facilitada y acompañada por políticas públicas que permitan un equilibrio a la hora de acceder y participar de las virtudes de esta revolución tecnológica, con acciones de tutela de aquellas personas trabajadoras que puedan estar más alejadas, especialmente por barreras sociales persistentes, de los entornos científicos y tecnológicos en los que se hallan los empleos y las oportunidades de puesta en marcha de negocios del presente y del futuro, especialmente las mujeres.
Por tanto, atraer talento femenino a estos empleos y oportunidades de emprendimiento, no sólo incrementaría la oportunidad de una empleabilidad más equitativa, sino que actuaría como un ariete para corregir ciertas brechas de género, como romper la que supone el techo de cristal.
Tal y como subraya el informe “Women in the Digital Age” publicado por la Comisión Europea, la participación de más mujeres en el mercado de trabajo digital y en las iniciativas emprendedoras vinculadas, al mismo nivel que los hombres, podría generar un incremento anual del PIB de 9 billones de euros en la economía europea. Es decir, cuantas más mujeres participen plenamente en el sector digital, mejor es la productividad de las empresas y por tanto de la economía, lo que significa que la desigualdad en este ámbito tiene un coste social exageradamente elevado.
De este modo, aunque la igualdad de género debiera ser un objetivo común al conjunto de la sociedad y de la economía, su ausencia en el sector digital tiene especiales connotaciones y consecuencias. Incrementar el número de mujeres en el ámbito digital es esencial para garantizar que el sector digital pueda desarrollarse y crecer, que la innovación y el emprendimiento sean más inclusivos, más igualitarios y más sostenibles y que la transformación digital traiga beneficios sociales y económicos para todos.
Resulta así fundamental actuar sobre las distorsiones que perpetúan las brechas digitales, a través de políticas dirigidas a corregir el impacto de las diferencias de género a la hora de participar en la digitalización y en las posibilidades de emprendimiento femenino en condiciones de igualdad en este ámbito puntero. En definitiva, si no se adoptan medidas decisivas, ágiles y coordinadas, el imparable avance de la sociedad digital consolidará y perpetuará los roles de género y los estereotipos que existen en todas las esferas laborales y sociales, perdiendo las mujeres la oportunidad de ser protagonistas en condiciones de igualdad del empleo del futuro en el sector tecnológico y digital.
[1] COMISIÓN EUROPEA: Women in the Digital Age, 2018.
[2] MATEO SILLERO, S. y GÓMEZ HERNÁNDEZ, C.: Libro Blanco de las mujeres en el ámbito tecnológico, Secretaría de Estado para el Avance Digital, Ministerio de Economía y Empresa, 2019.
[3] El Plan Estratégico de Igualdad de Oportunidades 2014-2016, recoge como medida específica para formar y concienciar en igualdad, la necesidad de “impulsar la introducción de criterios de igualdad y no discriminación en los libros de texto y material educativo, incorporando en sus contenidos las aportaciones realizadas por las mujeres” (medida 104). El Plan Estratégico de Igualdad de Oportunidades 2018-2021, se encuentra en proceso de elaboración.