Digitalización de la empresa, Pymes, medidas institucionales y formación en nuevas competencias: conjunto ¿armónico? Para el crecimiento económico

María Rosa Vallecillo Gámez.
Profesora Titular de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social.
Universidad de Jaén.


1.La transformación digital como cambio. Así entendida supone el cambio asociado con la aplicación de las tecnologías digitales en todos los aspectos de la sociedad. Y aunque las grandes empresas ya se han subido al carro y en ellas es una realidad, el resto no pueden quedarse atrás por lo que supone de mejora del funcionamiento de una organización el aprovechamiento de las nuevas tecnologías.

Los beneficios de la transformación digital son innumerables: incremento de la productividad, reducción de costes, mayor satisfacción de los clientes, mejora en la toma de decisiones, descentralización del trabajo… Pero la transformación digital supone un cambio de cultura de la empresa y ya sabemos que los cambios culturales conllevan más tiempo del deseado. No basta, por tanto, que sea una pose o la proyección de una imagen externa, sino que ha de implicar la adopción de una nueva mentalidad en todos los ámbitos de la sociedad.


2.Las pymes las mas afectadas. Si por algo se ha caracterizado 2020 ha sido por la relevancia que han cobrado las nuevas tecnologías en el funcionamiento diario de las empresas. No solo en la nueva gestión con la implementación del teletrabajo sino también con el cliente. La imposibilidad de mantener un contacto más directo con los consumidores ha impulsado los canales de comunicación digital como primer paso hacia la adopción de un modelo empresarial que ya se estaba evidenciando como la asignatura pendiente de las empresas.

Hace apenas un año solo un 29% de las empresas contaba con conexión a internet y tenía página web y un 7.5% disponían de un servicio de chat entre sus recursos de atención al cliente, según datos de la “Encuesta de uso de TIC y Comercio Electrónico (CE) en las empresas” del INE. Todo apunta a que estas cifras se están incrementando exponencialmente por lo que este 2021 se caracterizará por ser el año clave para la digitalización de las empresas y su adaptación a los nuevos tiempos “post-pandemia”.

Una de las principales claves es el comercio electrónico. Las restricciones a la movilidad han dificultado la compra presencial por lo que el comercio electrónico se ha revelado como uno de los grandes aliados de las empresas para mantener la rentabilidad de sus negocios. Pero hacer de la necesidad virtud, como ha ocurrido en este caso también ha supuesto que, a pesar de valorarse el esfuerzo realizado sobre todo por las Pymes, también se reconocen las carencias y las opciones de mejora para muchas de ellas. Entre las opciones de mejora más demandadas se encuentra la posibilidad de seguimiento online de los pedidos realizados que, según datos del INE, solo proporcionaba en 2020 un 10.2% de las empresas.


3.El apoyo institucional. Y como España es un país de Pymes, el Gobierno ha presentado un Plan de digitalización de las pymes que, con la financiación de los fondos comunitarios, prevé una inversión de 4.656 € en los próximos 4 años. El Plan forma parte de las Agenda Española Digital 2025 que hasta ese año destinará unos 11.000 millones de euros a través de una Comisión ejecutiva creada ad hoc y con la asistencia de una Oficina Técnica de Gestión y Seguimiento del Plan. La previsión es que al menos 1.350.000 pymes cuenten con ayudas.

Dadas las necesidades de digitalización expuestas y los datos de la pobreza de esta naturaleza empresarial, los esfuerzos se centran en el eje de digitalización básica para pymes, cuyo producto estrella es el llamado Digital Toolkit que recibirá una dotación de 3.000 millones de euros y para el que se prevé un alcance de entre 1.200.000 y 1.350.000 microempresas y autónomos, pero también se invertirá en ayudas a la inversiones en conectividad (bono conectividad), en ayudas al proceso de incorporación de las TIC a los sistemas productivos y a las cadenas de valor de las pymes (Acelera Pyme) y a las medidas de seguridad vía creación de contenidos, servicios e implantación de herramientas (Protege tu empresa).


4.La necesaria formación en competencias. Gran parte de las empresas se encuentran con serias dificultades a la hora de cubrir determinados puestos. La necesidad de profesionales con capacitación tecnológica para abordar los procesos de digitalización de la empresa es urgente y difícil de satisfacer, por eso la batalla en cuestiones de personal se libra en una guerra por el talento en la que aparecen dos nuevos anglicismos “reskillling y upskilling”, que hacen referencia a la capacitación del personal en su propio puesto de trabajo. No se trata pues, de buscar talento sino de optimizar la gestión del mismo. El objetivo de estos remodelados procesos de capacitación en el puesto de trabajo, es la adquisición de habilidades para afrontar el cambio tecnológico.

Upskilling supone la adquisición de habilidades para afrontar el cambio tecnológico y que se corresponden con las tareas desempeñadas en el propio puesto de trabajo.

Reskilling hace referencia a la formación de los trabajadores en el puesto de trabajo, pero en nuevas competencias para asumir y desempeñar nuevas funciones en otras áreas de la empresa.

El Foro Económico Mundial, a través de su informe, señala que el 54% de los empleados necesitará actualizar o recapacitar sus conocimientos para el año 2022, y ese ya está a la vuelta de la esquina. A pesar de la poca cultura de formación en el puesto de trabajo que arrastramos en nuestro país, consecuencia de la falta de conciencia de que la inversión en la formación de las personas trabajadoras es un valor para la empresa y no un gasto inútil, tanto esta – la formación – como la posibilidad de desarrollo de carrera son ventajas que los empleados establecen como prioritarias. La capacitación de la plantilla es pues una herramienta multiusos para la reputación de la empresa. Por un lado, porque consigue preparar para las nuevas necesidades, construyendo los perfiles técnicos más adecuados para la empresa. Por otro, la marca como empresario se revaloriza por el valor añadido que los candidatos otorgan a la formación que ofrece la empresa a sus empleados.

Las instituciones han de ser conscientes también de la necesidad de esa inversión y, aunque despacio, parece que se va modificando la concepción de la formación profesional en nuestro país. Desde el ministerio se ha anunciado la puesta en marcha de dos programas. El programa de Expertos en Transformación Digital de las Pymes se proyecta con el objetivo de formar a jóvenes expertos en digitalización como agentes del cambio en los procesos de transformación digital. Se diseñará con la toma en consideración de las iniciativas público-privadas existentes que proporcionan formación en competencias digitales compatibles con el perfil de experto en digitalización, promoviendo los esquemas de colaboración necesarios para el desarrollo y despliegue de este programa, que está previsto se ponga en marcha por la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial y la Escuela de Organización Industrial, con una inversión de 100 millones de euros entre 2021 y 2023

Por su parte el programa “Agentes del Cambio”, pretende formar a 33.000 jóvenes desempleados o de formación profesional para destinarlos a empresas de más de 10 trabajadores para apoyar la digitalización. Su objetivo es la financiación de la incorporación de profesionales en transformación digital en las Pymes para el desarrollo de su plan de digitalización y la aceleración de la transformación digital de las mismas, siendo los agentes del cambio dentro de la empresa. También incorpora la posibilidad de que se formen en el programa de expertos en transformación digital y la contratación de los agentes por parte de las empresas una vez que finalice la actuación.


5.La reinvención de uno mismo a través de la realización personal y el crecimiento en habilidades. La digitalización también ha despertado la adaptación de nuestra vida laboral a las nuevas condiciones vitales. Técnicas e iniciativas que buscan el equilibrio y la proyección hacia el futuro. Es el caso de la técnica japonesa Ikigai que promueve la búsqueda de la actividad que “se ama hacer”, que además se es bueno haciéndola y por la que se recibe un salario y que acaba considerándose, en general, en lo que el mundo puede necesitar de cada uno. Esta técnica busca un equilibrio personal que pasa por lo profesional, una reinvención de uno mismo “a la japonesa”.

Iniciativa interesante también es “Closing the skills Gap” (Cerrando la brecha de las habilidades), puesta en marcha por el Foro Económico Mundial y que sirve como plataforma para abordar el desarrollo de habilidades orientadas al futuro apoyando la colaboración constructiva público-privada en la reforma urgente de los sistemas educativos y las políticas laborales de manera que se prepare a la mano de obra para el futuro del empleo y de los mercados de trabajo, a través de programas específicos para cada país, intercambios globales y regionales de mejores prácticas.

Se nos ha marcado el horizonte en 2022 para alcanzar las habilidades que los gurús prevén que nos exigirá el mercado de trabajo. El top ten de las requeridas se resume en la siguiente tabla:

Pensamiento analítico e innovador

Analizar la información y utilizar y aplicar el pensamiento creativo para encontrar las soluciones a los problemas relacionados con el trabajo

Aprendizaje activo y estratégico

Entender las implicaciones de la nueva información para resolver problemas y tomar decisiones, así como seleccionar los métodos mas adecuados

Creatividad, originalidad e iniciativa

Voluntad de asumir responsabilidades y desafíos y la capacidad de desarrollar formas inteligentes de resolver problemas. Espera que los trabajadores tomen decisiones por sí mismos y prueben sus propias ideas.

Diseño tecnológico y programación

Diseñar programas y adaptar el equipo y la tecnología para satisfacer las necesidades de los usuarios.

Pensamiento crítico y analítico

Usar la lógica y el razonamiento para identificar las fortalezas y debilidades de los enfoques de los problemas y evaluar la efectividad de las soluciones

Resolución de problemas complejos

Desarrollar, evaluar e implementar soluciones

Liderazgo e influencia social

Habilidad para opinar, dirigir y desarrollar influencia sobre otros en el seno de la organización

Inteligencia emocional

Ser cooperativo, preocuparse por los demás y entender por qué las personas reaccionan de la manera que lo hacen

Razonar y buscar soluciones a los problemas

Generar ideas y manejar la información para la resolución de problemas

Análisis y evaluación de sistemas

Considerar los costes y beneficios de las potenciales acciones y escoger la mejor opción

Elaboración propia a partir del informe del Foro Económico Mundial

Con todo esto, una las principales barreras que se plantean es el análisis de los costes de la disrupción tecnológica y las posibilidades de asunción por una colaboración público-privada. Un informe del Foro Económico Mundial apunta que el gasto en capacitación de una persona trabajadora es un 25% inferior a los beneficios que generaría, por tanto, merece la pena en términos de inversión.

Se hace necesario impulsar y adoptar el cambio de mentalidad, un cambio que suponga una profunda transformación transversal de toda la organización para poder afrontar con mayores garantías cualquier imprevisto, sobre todo con la experiencia reciente de cómo el escenario nos puede cambiar de un día a otro.