Inteligencia Artificial

El impacto laboral de la inteligencia artificial. Una problemática en ciernes.

Iván Williams Jiménez.
Global Policy and Advocacy in Occupational Safety and Health. Independent researcher
.
LSE (London School of Economics)


1.La cuestión de la colaboración y coexistencia de las personas trabajadoras con herramientas y aplicaciones de inteligencia artificial en el entorno laboral está alcanzando niveles de sofisticación inusitados. Si bien este nuevo marco – proclamado por muchos como el inicio de una nueva era de la inteligencia artificial (IA) y las tecnologías de aprendizaje automático – tiene el potencial de incrementar la productividad, crear nuevos trabajos, y mejorar la calidad de los mismos, un aspecto menos investigado son las consecuencias negativas del uso de gestión por IA o algorítmica en la gestión de los entornos laborales y en lo relativo a la salud, la seguridad y el bienestar de las personas trabajadoras (EU-OSHA, 2023). Esto es debido en parte a la emergente narrativa y los debates populistas y alarmistas instigados por la industria tecnológica y de la que se nutren los medios de comunicación exhibiendo un marcado sesgo mediático. Otro de los mitos fomentado por parte de los medios y de las empresas tecnológicas es la idea que las aplicaciones de IA en el trabajo no requieren de la intervención humana y por tanto pueden funcionar de manera autónoma. Lo cierto es que detrás del uso de este tipo de herramientas existe una red de trabajadores invisibles o ‘fantasmas’ (Gray, 2019), cuyas opiniones y condiciones de trabajo son a menudo obviadas por parte de legisladores y empleadores (Kapoor et al, 2023).

Dentro de un contexto de preocupación creciente por aspectos como la ética y la responsabilidad en el desarrollo y la aplicación de la inteligencia artificial, y más recientemente sobre la protección de los derechos de las personas trabajadoras, somos partícipes de una progresiva deshumanización del trabajo, en contraposición a unas promesas por parte de muchos de aumento y mejora de la calidad del trabajo. Esta divergencia de opiniones viene acompañada de un rediseño de los cánones de eficiencia, rendimiento y productividad en el entorno laboral. Sin embargo, lejos de avanzar hacia una reducción de los tiempos de trabajo en ciertos sectores se está produciendo una paulatina intensificación del trabajo, con jornadas laborales más largas e intensas, una carga laboral excesiva y un incremento del ritmo de trabajo.

Si bien el rendimiento en el trabajo ha sido históricamente objeto de vigilancia y supervisión (Moore, 2019), el uso de gestión por IA o algorítmica posibilita nuevas prácticas en el control y la vigilancia habilitados por la tecnología mediante herramientas de predicción y marcado, el seguimiento a distancia y en tiempo real del rendimiento y el control del tiempo, comportando importantes riesgos para la salud y la seguridad de los trabajadores, en particular su salud mental (Walsh, 2022). Este nivel de híper eficiencia e intensificación del trabajo puede generar efectos perniciosos en la salud de las personas trabajadoras, aceleración del ritmo de trabajo, presión laboral, estrés y una perdida drástica de autonomía (Moore, 2023) (UNIGlobal Union, 2020).


2.Trabajadores vulnerables, invisibles y precarios. La transición digital en el mercado laboral en un marco de capitalismo y taylorismo digital se caracteriza por una supervisión y monitorización exacerbada sobre los procesos productivos y los tiempos de las personas trabajadoras. Este entorno laboral singularizado por una mayor intensidad del trabajo se basa en un abuso en la división del trabajo en micro tareas y en la descentralización productiva y deslocalización de la producción, ambas características del trabajo en la economía de plataformas digitales. Este tipo de trabajo precario, y la prevalencia de los problemas de salud mental (depresión, ansiedad y suicidio) son cada vez más objeto de preocupación por parte del legislador (CESE, 2023).

Esta fuerza laboral oculta la forman trabajadores humanos detrás de los chatbots de IA, y sistemas de IA como Bing AI de Microsoft, Bard de Google o el afamado ChatGPT, moderadores de contenido online, etiquetadores de datos cuya labor consiste en identificar información en textos, imágenes y videos, y entrenar por tanto a la IA. También forman parte de ella las personas trabajadoras empleadas por las plataformas digitales de trabajo y aquellas que operan en puestos de trabajo más tradicionales como son los trabajadores de almacén y repartidores de mercancías, en fábricas, call centers, que deben realizar tareas repetitivas y están sujetos a un alto grado de control y monitorización, supervisados por mecanismos digitales de gestión por IA o algorítmica. Estos sistemas automatizados tienen como objeto obtener óptimos grados de eficiencia y productividad, diseño de cuotas de trabajo poco realistas, gestionar y supervisar el rendimiento, eliminar tiempos de inactividad o analizar en tiempo real procesos y comportamientos. Estas prácticas están relacionadas con la exposición a riesgos de naturaleza psicosocial y comportan un estrés psicológico para las personas trabajadoras.


3.Soluciones estructurales a corto plazo. Si partimos del principio que la tecnología y la inteligencia artificial nunca deben utilizarse en el lugar de trabajo en detrimento de la salud mental y el bienestar de los trabajadores las soluciones a corto plazo pasan por garantizar desde el ámbito normativo la creación de empleos cualificados y de calidad que defiendan un entorno de trabajo seguro y saludable como principio y derecho fundamental en el trabajo. En este sentido la articulación de propuestas legislativas en materia de inteligencia artificial en el ámbito laboral debe garantizar la protección adecuada de los derechos y el bienestar de los trabajadores, incluidos la salud mental. De igual manera, la implantación de normativa específica en materia de riesgos psicosociales puede ser un mecanismo válido para abordar la problemática que la digitalización nos brinda, habida cuenta de la falta de evaluaciones y la gestión de los riesgos psicosociales relacionados con el uso de este tipo de tecnologías.

Otra medida necesaria pasa por fomentar una interlocución más activa entre los empleadores, organizaciones empresariales y los representantes de los trabajadores, y organizaciones sindicales. En 2020 las organizaciones empresariales y sindicales representativas a nivel europeo firmaron el Acuerdo Marco Europeo sobre Digitalización para optimizar los beneficios y hacer frente a los retos de la digitalización en el mundo laboral. En el documento se establece una garantía del derecho al principio de control humano y se destaca la necesidad de formar, sensibilizar, orientar e informar a los empresarios y las personas trabajadoras sobre la digitalización.

A nivel nacional los poderes públicos deben velar por una adecuada gobernanza y ética, promover un marco responsable y transparente de utilización de la IA en el entorno laboral que abarque todo el ciclo de vida de esta tecnología, desde la fase de diseño, hasta el desarrollo, adopción, monitoreo y medición continua. A nivel de seguridad y salud laboral se deben crear mecanismos efectivos prevenir los impactos en el bienestar mental de las personas trabajadoras (ansiedad, la depresión y el agotamiento profesional).

En el ámbito empresarial la concentración de poder de la industria tecnológica y el dominio que ejerce en el entorno laboral no se ha aprovechado en aras de una mayor responsabilidad o en la promoción de un trabajo decente y de calidad. Un aspecto menos conocido, pero no por ello menos relevante son las intervenciones que se pueden realizar a nivel organizacional desde una fase temprana en lo que a la implementación de tecnologías relacionadas se refiere, involucrando a diferentes departamentos y a los usuarios finales. Acciones relacionadas con la identificación de sujetos afectados, el desarrollo de políticas, la comunicación interna donde se expongan de manera transparente los motivos y objetivos, enfoques participativos e inclusivos donde se otorgue voz a los usuarios, aquellos potencialmente impactados y sus representantes, y el ofrecimiento de oportunidades de formación y sensibilización son factores contribuyentes hacia una mejor integración de estas tecnologías (EU-OSHA, 2023) en los lugares de trabajo.

A las representaciones sindicales, instituciones de investigación, organizaciones no gubernamentales, etc… también se les debe exigir un rol más práctico y educador dirigido hacia la protección de las personas trabajadoras. Es por ello que directrices como las del Instituto para el Futuro del Trabajo en el Reino Unido dotan de herramientas, evaluaciones de riesgo e impacto, checklists y guías para que empresarios, trabajadores y sus representantes se involucren en el diseño y adopción de tecnologías de IA y sistemas de gestión algorítmica.


4.Conclusión. La inteligencia artificial en un contexto de creciente digitalización en el trabajo tiene el potencial de crear nuevas oportunidades de trabajo, aumentar la productividad, mejorar las condiciones de trabajo y la calidad de vida y facilitar nuevas formas de organizar el trabajo. Empero, si la adopción e implementación de estas tecnologías no se realiza de una manera responsable y transparente, puede derivar en la aparición o exacerbación de problemas de salud mental en las personas trabajadoras, como el agotamiento profesional, el estrés tecnológico, la sobrecarga psicológica y la fatiga.

Para evitar que esto ocurra, los gobiernos, los empresarios, las personas trabajadoras y otros actores involucrados deberán centrar sus esfuerzos en crear entornos de trabajo donde el ser humano siga al mando y donde el derecho de las personas trabajadoras a ser consultadas e informadas cuando se introduzcan nuevas tecnologías en el lugar de trabajo constituya un principio absoluto no negociable de las relaciones laborales.


Bibliografía