Cristóbal Molina Navarrete.
Catedrático de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social.
Universidad de Jaén.
“Las redes sociales nos quitan los sueños más nuestros/
Warman. Las redes sociales y la vida.
nos despojan de nosotros, roban nuestro tiempo/
Nos tienen mirando la vida de gente que, tal vez, ni nos interese
incrustados en la pantalla, con los dedos empotrados en la banalidad”
1.De la “uberización” a la “amazonización” de la economía: una nueva prometida revolución del trabajo que no termina de cuajar. Desde hace décadas, las economías del mundo desarrollado andan promoviendo una transformación de época, la era digital, que debería transformar todas sus facetas, también y especialmente en el trabajo. Sin embargo, esa revolución del trabajo digital no termina de explotar. La faceta de los beneficios de la automatización, el trabajo a distancia (especialmente en la modalidad por la que se compite en la Unión: el teletrabajo internacional) o la proliferación de plataformas digitales como nuevas formas de mercados abiertos globales, sigue lastrada por los riesgos del lado oscuro que presenta: la “precarización digital”, como continua amenaza actualizada en crecientes casos. Al igual que la comunitaria, la Estrategia Española para la Seguridad y Salud en el Trabajo 2023-2027 es consciente de la necesidad de cuidar el equilibrio entre ambas dimensiones del trabajo en la economía digital, no solo, aunque especialmente, en el marco de la “Gig Economy”.
Tampoco el contexto actual de intensa ola de despidos colectivos en todos y cada uno de los grandes gigantes tecnológicos occidentales ayuda a vislumbrar un horizonte más halagüeño. Se recordará que ya la empresa “Portier Eats Spain”, empresa del grupo Uber, tras la entrada en vigor de la llamada “Ley Riders”, comunicó a un número incierto, pero amplio, de personas que no iban a recibir más peticiones de reparto y que sus cuentas se desactivarían. La cuestión está ahora en los Tribunales, tras la impugnación por los sindicatos de esa decisión como “despido colectivo de hecho” o “ERE encubierto” (STS, Sala de lo Social, de 20 de julio de 2022, rec. núm. 111/2022)
Ahora el gran empleador del mundo (en otro tiempo se le vio como el mayor destructor, al sustituir el trabajo humano por una legión de robots), AMAZON, que emplea a más de 1,5 millones de personas trabajadoras en el mundo, una parte importante a tiempo parcial, se ve afectado. Estos despidos masivos se suman a los anunciados en Meta (Facebook), Google, IBM, Twitter, etc., ante sus caídas millonarias de cotización en las bolsas de todo el mundo y su pérdida de ingresos a causa de la drástica reducción de la publicidad, o de ventas, en un escenario de “economía global incierta”. No se trata solo, aunque también, de despidos por la creciente robotización (ej. personas reclutadoras de Amazon, en virtud de una nueva tecnología de inteligencia artificial encargada de la selección de personal): “esa nueva mano de obra insomne, libre del sudor y la fatiga humanas, sin absentismo ni bajas por maternidad ni paternidad, para operar con plantillas mucho más reducidas”.
Ni siquiera los robots se librarían de los “recortes de plantilla”. Así, la matriz deGoogle no solo está despidiendo masivamente a personas empleadas humanas, sino que también cerrará una unidad que empleaba robots.
También las empresas gestoras de plataformas digitales de reparto de bienes y servicios acuden a los despidos, como el caso de Glovo. La multinacional de reparto de comida, con matriz catalana, que acumula más de 200 millones de euros en sanciones por la ITSS, comunicó el despido de 250 trabajadores, un 6,5% de su plantilla, si bien no afectará ni a su personal de supermercados ni al personal de reparto, porque sigue siendo, en su mayoría, “autónomo”. La plataforma se benefició del abandono hace un año del mercado por parte de la multinacional Deliveroo, que no quiso aplicar la ley.
2.¿Criminalizar las resistencias de las tecnológicas a organizar sus servicios a través de relaciones de trabajo asalariado? Precisamente, las resistencias de estas plataformas tecnológicas a pasar de la autonomía organizativa de los servicios, mediante relaciones jurídico-civiles o mercantiles, a la laboralidad del trabajo, habrían llevado a una reforma del Código Penal (nuevo art. 311.2 CP). A consecuencia de este nuevo delito, se podría sancionar al personal directivo (no así a la propia entidad empresarial titular del servicio) hasta con 6 años de privación de libertad si se empeñan en seguir contratando al margen de las relaciones de trabajo.
En el preámbulo de la Ley Orgánica 14/2022, de 22 de diciembre se advierte con claridad que la incorporación de las nuevas tecnologías a la organización del mercado de trabajo ha propiciado una forma de elusión de responsabilidades empresariales mediante el camuflaje jurídico del trabajo por cuenta ajena bajo otras fórmulas. A partir de esta práctica sistémica las personas trabajadoras se verían privadas de los derechos individuales y colectivos que a tal condición reconoce, con carácter de indisponibles e irrenunciables, la legislación laboral. El nuevo tipo penal pretende, pues, “cubrir una laguna de punibilidad sobre hechos vinculados, en general pero no exclusivamente, a nuevas tecnologías que, a partir del uso de sistemas automatizados, permiten el incumplimiento masivo de la correcta utilización del contrato de trabajo”. Más de un analista ha criticado esta reforma, por mala técnica jurídico-penal y también porque el resultado final será no más personas trabajadoras asalariadas sino más desempleo.
3.¿Un Ere encubierto de Amazon? Amazon,antes de anunciar los despidos masivos en el resto del mundo, puso de manifiesto su decisión de paralizar la construcción de nuevas plataformas logísticas en España, hasta, al menos, el año 2024, pese a que ya se habían confirmado su creación. Ha de recordarse que, en España, Amazon está entre las quince mayores empleadoras. La decisión suspensiva afectaráa cuatro centros logísticos, 2 de ellos en Cataluña (Reus y Girona), uno en Andalucía (Sevilla) y otro en el País Vasco (Vitoria). Además, la zona de España donde más establecimientos tiene Amazon, Cataluña (7 de los 30 en total -luego seguida de Madrid, con 6, y Andalucía, con 5-), teme estos días un “ERE encubierto”.
La multinacional cerrará de la planta en Martorell (Barcelona), que afecta a más de 740 personas, pero sin formalizar el despido, solo recolocaciones: bien en otros centros de Barcelona (152 personas) bien en otros centros en Cataluña (Girona -120 kilómetros-) bien fuera de Cataluña (Zaragoza -300 kilómetros-), cubriendo una ayuda económica para los traslados fuera de Barcelona (en torno a 6.000 €). Al no abrir un procedimiento de regulación de empleo (despido colectivo o ERE), sino solo de traslado, se ahorraría 30 millones de € (el coste de las indemnizaciones por el despido).
4.Nuevo contratiempo del modelo de organización del trabajo para Amazon: las personas de reparto colaboradoras a través de la App Amazon Flex no son autónomas. No terminan aquí los problemas de la multinacional en España. Los -siempre polémicos- servicios de Amazon Flex acaban de recibir un fuerte revés en los juzgados de lo social. Una vez más, tras la labor investigadora de la “policía laboral” (Inspección de Trabajo y Seguridad Social), más de 2100 personas, aparentemente colaboradoras autónomas a través de la App Amazon Flex deberán ser dadas de alta en el RGSS. Así lo ha entendido la SJS n. 14 de Madrid, 31/2023, 2 de febrero, que ha estimado la demanda de oficio seguida por la TGSS contra AMAZON SPAIN FULFILLMENT SL (ASF). En consecuencia, se confirma el Acta de Liquidación por falta de alta en el RGSS y falta de cotizaciones a dicho régimen de este alto número de personas, que se suman a otras 2000 identificadas en el centro logístico de El Prat, en Barcelona.
Consecuentemente, este modelo de reparto denominado Amazon Flex también tiene sus días contados. A través de él, miles de personas se daban de alta en el RETA Y se personaban en los almacenes de la para recoger los paquetes y entregarlos en las casas de las personas compradoras a lo largo del día. La tarifa -marcada por Amazon- era de unos 14 euros la hora y tenían que estar geolocalizables por Amazon, que ejerce el control de las rutas de entrega de todos los paquetes, según recoge la sentencia. El gran gigante del comercio electrónico, además los evaluaba periódicamente, premiando a través de sus algoritmos a los colaboradores más eficientes, penalizando a los menos.
5.El (relativo) desacuerdo europeo: la propuesta de Directiva para regular el trabajo en todas las plataformas digitales divide al Consejo, pese al apoyo del PE. Pero el problema no es español, sino comunitario (y mundial). De ahí que en este tiempo se esté tramitando la propuesta de Directiva sobre el trabajo en las plataformas digitales, avalada por la Comisión y por el Parlamento Europeo, pero respecto de la cual no hay un pleno acuerdo en el seno del Consejo, evidenciándose diversos modelos por parte de distintos Estados. En este escenario de incertidumbre y ralentización política de la nueva norma proyectada, el Gobierno español tiene puesta la confianza en que se aprobarán durante su presidencia de la UE, en el segundo semestre del año. Una de las mayores reivindicaciones por parte de la posición española es que la norma comunitaria
“incluya una presunción de laboralidad fuerte [que sería] imprescindible para afrontar el mercado laboral del futuro con derechos laborales para todas las personas trabajadoras”.
Veremos la capacidad de persuasión del Gobierno español y de su ministra del ramo a tal fin.