Cristóbal Molina Navarrete.
Catedrático de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social.
Universidad de Jaén.
Director del Laboratorio-Observatorio de Riesgos Psicosociales en el Trabajo.
Instituto Andaluz de Prevención de Riesgos Laborales.
1 Quienes nos dedicamos a analizar de las relaciones entre Derecho y Tecnologías, especialmente en la relación con los procesos de transformación digital del mundo del trabajo, solemos poner el acento en los “factores de riesgo” asociados a la innovación tecnológica en nuestro tiempo para el goce y disfrute efectivo de los derechos de rango fundamental de las personas en general, y en particular de las personas trabajadoras. Entre esos derechos estarían, junto a los más típicos (privacidad, protección de datos, incluso la no discriminación), los relativos a la integridad y a la seguridad y salud en el trabajo. Por poner un ejemplo reciente, la -muy interesante- Guía Práctica que acaba de presentar el Ministerio de Trabajo y Economía Social relativa a la obligación empresarial de información sobre el uso de algoritmos en el ámbito laboral, así lo manifiesta. A tal fin, recuerda que la utilización de sistemas de gestión algorítmica puede afectar a la seguridad y salud de las personas trabajadoras (p. 21). Aunque, ciertamente, el modo de afectación puede ser tanto positivo (mejora preventiva) como negativo (factor de riesgo), en la Guía subyace una visión de cautela o prudencia, a fin de requerir de este uso tecnológico las debidas garantías para que no perjudique a los derechos en juego.
Esta visión cautelar está muy extendida. Piénsese también en la llamada que hace el nuevo Marco Estratégico de la Unión Europea sobre seguridad y salud en el trabajo 2021-2027 sobre la incidencia de la digitalización en los factores de riesgo para las personas trabajadoras, en especial los riesgos de naturaleza psicosocial (estrés, acoso cibernético en el trabajo, etc.). El Convenio 190 de la OIT, relativo a la erradicación y prevención de la violencia y el acoso en el trabajo, que acaba de ratificar -por fin– nuestro país (entrará en vigor a finales de mayo del próximo año), también reflejará esa visión al regular, por vez primera, la violencia digital y el ciberacoso en el trabajo como riesgos laborales en los entornos de trabajo digitalizados.
Sin duda, es una dimensión de la transformación digital del mundo del trabajo que hay que tener muy en cuenta, a fin de garantizar un progreso equilibrado entre las bondades de la innovación tecnológica y sus riesgos (recientes decisiones judiciales, como el ATS, 4ª, de 23 de marzo de 2022, RCUD 1213/2021, para las relaciones de empleo privado, o STS, 5ª, 53/2021, 1 de junio, para las relaciones profesionales militares, evidencia la presencia creciente del ciberacoso en el trabajo). Ahora bien, no es (no debe ser) la única, porque resulta manifiesto que, bajo determinadas condiciones de uso, las tecnologías se pueden -y se deben- convertir en grandes aliadas de la mejora del bienestar integral de las personas en los diferentes mundos de vida, en especial en el trabajo. Justamente, es esta dimensión la que queremos tratar en esta entrada, dando cuenta de cómo, ciertas tecnologías disruptivas e innovadoras, como la realidad virtual (RV) y la aumentada (RA) pueden contribuir significativamente a la mejora de los sistemas de prevención de riesgos laborales en las organizaciones. Veamos ejemplos.
2 Primero demos algunas cifras que evidencian la importancia de estos usos de las nuevas tecnologías digitales como la realidad virtual (RV) y la realidad aumentada (RA) al servicio de las mejoras de la seguridad y salud en los entornos de trabajo. Conforme a diversos estudios, la formación con RV (y RA) se estaría convirtiendo en una de las principales herramientas para la optimización del entrenamiento de las competencias profesionales de las personas trabajadoras. De este modo, emerge de inmediato la gran ambivalencia inherente a la transformación digital: al tiempo que empresas y personas trabajadoras se ven obligadas a aprender nuevas habilidades (upskilling), a actualizar capacidades existentes o completar la capacitación, para afrontar los nuevos retos de las transiciones de los sistemas productivos (digitales, ecológicas, demográficas, etc.), sobrecargando a las personas trabajadoras y generándoles incertidumbre, la misma tecnología permitiría ayudar a esa recualificación (reskilling), facilitando la capacitación y reduciendo ansiedad y temores
Hasta ahora se pensaba que la RV era efectiva para enseñar habilidades de gran dificultad (ej. los típicos simuladores de vuelo para el adiestramiento de personal piloto). Ahora bien, en la actualidad, se ha evidenciado su gran valor para la capacitación en las llamadas habilidades o “competencias blandas” (las conocidas como “soft skills”), como (liderazgo, resiliencia, habilidades comunicativas, inteligencia emocional a la hora de gestionar el estrés, ansiedad o incertidumbre frente a los desafíos del cambio, etc.). En los referidos estudios se arrojarían evidencias sobre las ventajas de la RV para llevar a cabo una formación maximizada. A saber:
- Multiplica por 4 la rapidez en la formación respecto de la tradicional en Aula
- Aumenta casi en 3 veces la eficacia (seguridad sobre la comprensión práctica de la materia formada) del aprendizaje, en términos de aplicación real de las habilidades aprendidas después de la formación
- Multiplica 3,75 veces la implicación emocional con el contenido de las personas que se forman respecto de la obtenida en un aula tradicional.
- Incrementa en 4 veces la concentración que una formación de e-learning.
Con estas cifras no sorprende que Microsoft, Oculus (Facebook), HTC Vive, HP, Sony, Lenovo inviertan grandes cantidades para liderar la fabricación de estos dispositivos. Cada vez más accesibles, en términos de adquisición como de mejora de utilización, ampliando sus funcionalidades y calidades, en algunos casos se trata de propuestas completamente rupturistas, casi de ciencia ficción. Sería el caso de Spatial, la empresa americana que pretende revolucionar el teletrabajo con RV a través de una plataforma 100% interactiva y representación de las personas con hologramas. Pero, en otros, los que aquí más interesa, se trata de poner en práctica soluciones muy viables, como la plataforma “Ludus Global”. Con sede en Bilbao, ha desarrollado la primera plataforma para la formación con RV en materias de seguridad y salud en el trabajo. No es la única plataforma a tal fin. Lo que evidencia una gran expectativa de evolución futura para la mejora de la seguridad y salud en el trabajo, tanto para reducir los riesgos tradicionales como los nuevos, aumentando el bienestar integral.
3 Así lo ha entendido, para el área de la prevención de los riesgos físicos, esto es, los riesgos de seguridad, el Grupos Nestlé. El conocido grupo internacional del sector de la alimentación ha informado que ha puesto en marcha, en su centro de Girona, cuya actividad se proyectará en todo el mundo, Centro de formación especializada en realidad virtual aplicada a la seguridad y salud en el trabajo (“SHE Virtual Training Center”[1]). Su objetivo específico es promover la utilización de la RV para la formación del personal en materia de salud y seguridad en los entornos de trabajo.
Los datos que proporciona esta empresa reafirman los referidos con carácter general en los citados estudios arriba comentados. Así:
- Habrían permitido reducir los costes de formación, pudiendo formar a más personas empleadas de forma simultánea
- Proporciona datos de formación realistas y detallados al instante
- Tienen mejor acogida por el personal, pues resultan más amenos y prácticos ya que, durante 30 o 40 minutos, se enfrentan a una experiencia casi real. Además, las tasas de recuerdo de la información serian del 75%, frente al 10% que se consigue a través de la lectura y el 5% que logran las clases magistrales
¿Y los riesgos ergonómicos y psicosociales? ¿Sirve también la RV para mejorar la prevención de los riesgos con mayor prevalencia en el mundo del trabajo de nuestro tiempo? Sí. Ya hay investigaciones científicas en diferentes países, así como experiencias piloto en determinadas entidades, como Mutuas colaboradoras de la Seguridad Social, que están utilizando la RV y la RA para la mejora de la prevención de riesgos como el estrés laboral, e incluso las adicciones.
4 Justamente, por su novedad y transcendencia, el Laboratorio-Observatorio de Riesgos Psicosociales de la Junta de Andalucía (LARPSICO), integrado en la red creada por el Instituto Andaluz de Prevención de Riesgos Laborales (IAPRL), organizará una jornada y un taller práctico sobre el impacto de la innovación tecnológica, como la realidad virtual y aumentada en la mejora de la prevención de riesgos psicosociales. Se celebrará, de forma híbrida (presencial y online), el 29 de junio de 2022, en el Centro de Prevención de Riesgos Laborales de Jaén. Quienes asistan presencialmente -previa inscripción, gratuita- podrán experimentar por sí esta tecnología, por cuanto se realizaran prácticas, para que quien quiera conocer de primera mano su funcionamiento lo pueda hacer.